¿Y si dejamos de creer que la capacitación presencial es la mejor forma de aprender? Durante mucho tiempo, la formación presencial fue el método preferido para formar a los empleados en las empresas, pero hoy parece estar perdiendo terreno frente a nuevos métodos de formación más cortos, divertidos y digitales.
Para nadie es un secreto que las necesidades de los empleados han cambiado. Hoy en día, las empresas se abren cada vez más al mundo digital. Por ende, es muy común que sus herramientas digitales se multipliquen y diversifiquen. Desafortunadamente, este crecimiento no va a la par con las habilidades y conocimientos informáticos de sus empleados. Entonces, ¿Será verdad que existen otras formas de aprender? ¿Puedo lograr capacitar a mi equipo sin necesidad de acudir a la forma tradicional de formación?

Durante mucho tiempo, la formación dentro de la empresa fue una responsabilidad exclusiva de un instructor contratado para tal fin. Esta actividad se realizaba tradicionalmente en un aula con un grupo de empleados. Detrás de tanta formalidad, había un único objetivo: capacitar a los empleados para que fueran más competentes y productivos.
Pero eso quedó atrás. Poco a poco, la formación dentro de las empresas ha ido evolucionando. El cambio más visible es la forma de gestionarla. La aparición de los Chief Learning Officers, también conocidos como encargados de la gestión del aprendizaje, cambió todo.
Hoy en día, los seminarios web, los juegos y la realidad virtual son conceptos que han revolucionado y diversificado la formación presencial. ¿Qué tienen en común? Ofrecer una nueva experiencia de usuario, más interactiva, menos formal y que convierta al estudiante en el protagonista de la experiencia.
¿Existe un riesgo real de qué la formación presencial desaparezca?
¿Por qué desaparecería algo que sigue evolucionando? En primer lugar, porque las expectativas de los empleados han cambiado. El desarrollo de las tecnologías digitales ha dado lugar a un nuevo requisito: ATAWAD, “any time, any place, any device“. En otras palabras, los usuarios quieren mantenerse conectados todo el tiempo, sin importar donde estén. Y lo que aplica para las tecnologías digitales también debe aplicar para la formación.
En una época en la que las herramientas digitales son accesibles en cualquier lugar y en cualquier momento, el aprendizaje no debe limitarse a las sesiones de formación presenciales. La idea es que los empleados puedan capacitarse en cualquier momento y con total autonomía. Este es el nuevo reto que deben afrontar las organizaciones si quieren apoyar a sus empleados. Todo ocurre por una buena razón: la educación también se está digitalizando.
Sólo el 12% de los alumnos ponen en práctica lo que aprenden en la formación laboral (fuente: 24×7 Learning)
Por lo tanto, la formación presencial por sí sola no hará que se cumplan todos estos requisitos. En muchas organizaciones, la capacitación presencial se extiende varias semanas o incluso varios meses después de que ingresan nuevos empleados. El aula de aprendizaje es una forma muy limitada de capacitación; y no ofrece toda la flexibilidad que demandan las herramientas digitales.
Otro inconveniente es su nivel de dificultad. En cuanto terminas, te olvidas. Es algo natural, el cerebro humano olvida entre el 50% y el 80% de lo que ha asimilado sin repetición ni práctica en el transcurso del día (curva de Ebbinghaus o curva del olvido). Por esta razón, separar la teoría de la práctica se convierte rápidamente en una limitante, y en una pérdida de tiempo.
De alumnos pasivos a alumnos comprometidos: Convierte a tus empleados en protagonistas de la formación
Es muy común que los empleados prefieran aprender en tiempo real con información breve y entretenida. Los seminarios web, los MOOC, los juegos lúdicos, el rapid learning y el e-learning cumplen estos requisitos y, además, permiten el aprendizaje autónomo.
Sin embargo, aunque existe una tendencia hacia el aprendizaje autónomo y personalizado, no todos los métodos de formación son iguales. Por ejemplo, los seminarios web necesitan una buena coordinación, los MOOC no se pueden personalizar, y el aprendizaje rápido tiene algunas limitaciones pedagógicas; cada uno de ellos tiene sus ventajas y desventajas. Entonces, ¿Cuál debo elegir?
Más seguido, menos tiempo
Los empleados buscan unos programas de formación que sean “más eficientes, más cortos, más divertidos”. Ante estos requisitos Lemon Learning ofrece mucho más que una forma de entrenamiento. La clave de nuestro éxito es la metodología Learning By Doing. Una verdadera aplicación de GPS. Tus empleados podrán acceder a guías interactivas directamente desde sus herramientas. Esta solución les permitirá navegar de forma independiente y acceder a la información que necesitan en el momento en que la necesiten.
Una clase de conducir sin algunas horas de práctica no serviría de nada. La filosofía Learning By Doing es similar: ¡la teoría sin la práctica es una pérdida de tiempo! La solución está disponible donde tus empleados realmente la necesitan: en el corazón de las herramientas. Sin invadir su productividad, Lemon Learning se integra en la vida cotidiana de los empleados ofreciendo microcontenidos disponibles al alcance de tu mano.
De la formación al aprendizaje: La formación presencial aún tiene un brillante futuro por delante
La formación presencial llega a desaparecer, no será pronto. En primer lugar, porque sigue siendo una necesidad importante tanto para los DRH como para los empleados: la formacion presencial sigue siendo la forma más eficaz de desarrollar las competencias (61% para los empleados y 60% para los DRH). En segundo lugar, porque no se cuestiona tanto la formación presencial en sí, sino la forma de impartirla.
Los empleados necesitan más flexibilidad, más interacción, más autonomía.
La formación presencial no ha muerto, sólo ha evolucionado. Tenemos que matizar la afirmación hecha al principio de este artículo, porque la verdad es que la formación presencial no está en sus últimos años. Sin embargo, para satisfacer las demandas de los empleados y apoyar el desarrollo de sus habilidades, ahora se está combinando con otras formas de aprendizaje.
No es necesario enfrentar la formación presencial y las plataformas de adopción digital como Lemon Learning, cuando pueden coexistir. La combinación de ambas es muy útil en aquellos casos donde los aspectos teóricos sean necesarios. Por ejemplo, al introducir y explicar la instalación de un nuevo software.
Como puedes ver, en algunos casos la formación presencial, combinada con el aprendizaje práctico, permite desplegar una estrategia completa para el desarrollo de las competencias de los empleados. El aprendizaje combinado es cada vez más popular, ya que combina la practicidad de los cursos de formación con la personalización de los contenidos.
El aprendizaje mixto si es posible. Un ejemplo de ello es el flipped learning. En esta modalidad la formación presencial es práctica (el profesor propone ejercicios de role-playing y los estudiantes los usan para practicar). Ahora bien, en un aprendizaje usando las plataformas de adopción digital, las guías Lemon Learning se convierten en una herramienta personalizada para complementar la formación presencial.
La dinámica cambió. Ya no se trata sólo de enseñar, sino de aprender. Gracias a Lemon Learning los empleados son protagonistas de su aprendizaje.